Un tesoro escondido / Un patio nazarí en La Plata

En pleno corazón platense, el Patio Nazarí que Dardo Rocha mandó a construir para su suegro a finales del siglo XIX, resiste los avatares del tiempo. Una joya arquitectónica hispano-musulmana que merece ser preservada.
Detrás de los envejecidos muros de una casona fundacional ubicada en 49 entre 2 y 3, se esconde una verdadera obra de arte. Se trata de una réplica del Patio de los Leones de la Alhambra de Granada que el fundador Dardo Rocha mandó a construir en 1889 como un excéntrico regalo para su suegro, y a la vez tío, Diego Pantaleón Arana. Declarada como "Bien Patrimonial del Casco Fundacional" por el Municipio y como Bien de Interés Histórico y Arquitectónico e incorporada al Patrimonio Cultural de la Provincia, por ser una de las únicas obras hispano-musulmanas en toda América latina, su estado actual es preocupante y sus herederos temen por su desmoronamiento.
Muchos se atreven a decir, incluso sus propios herederos, que en toda América latina no existe otra obra igual a la del 370 de la calle 49. Este Patio, que ha sufrido los avatares del tiempo, todavía se mantiene en pie, imponente y desafiante. Sin embargo, el peligro de desmoronamiento es real, y sus dueños ya ni se animan a ingresar por la puerta principal por miedo a su derrumbe. Los altos costos que implican mantener una estructura semejante, teniendo en cuenta que los materiales con los que se construyó fueron todos originales, traídos especialmente por Dardo Rocha, impiden a sus propietarios embarcarse en su remozamiento. En este sentido, e imaginando lo peor, sería una pérdida muy grande para la cultura local, provincial y nacional ya que esta obra constituye un caso único de la expresión del arte árabe en el país.

LA HISTORIA

Planteada la situación actual, ahora sí, la historia. Diego Pantaleón Arana mandó a construir la casa en 1883, siguiendo los parámetros arquitectónicos de la época. Era una casona común, con un pequeño zaguán que conducía a un hall que daba paso a las dos salas con vista a la calle (uno era el escritorio y el otro un recibidor). Detrás de otra puerta, un patio central, y a su alrededor se distribuía el resto de las habitaciones: a los costados dormitorios, comedor, cocina y baño principal y al fondo, las dependencias de servicio, comunicada con el patio posterior a través de un pasillo.
Según los relatos de los bisnietos de Don Diego Pantaleón, Diego y Sarita Arana y Maderna, su familia era de origen vasco pero, en el proceso de la reconquista de España, se desplazaron al sur, radicándose en Andalucía. Así, permanentemente, su bisabuelo evocaba a Granada y deseaba conocerla antes de morir.
Conociendo este deseo, y ante la imposibilidad de viajar con Dardo Rocha en el viaje que emprendió junto a su esposa por Europa en 1887 debido a su estado de salud, su yerno le trajo en su regreso dos obsequios: un juego completo de vajilla de porcelana de Limoges, comprada en la exposición de París de 1889, y el otro, y mucho más simbólico, los moldes de ornamentación inspirados en los de la Alhambra granadina, con los que construiría, en la casona de 49, el Patio Nazarí.

EL VIAJE DE ROCHA

Durante dos años, Dardo Rocha, su mujer y algunos miembros de su familia, recorrieron Europa y Medio Oriente por el "placer de apreciar las bellezas naturales e históricas", según sus propios relatos de viaje. Allí, tuvieron la oportunidad de adquirir varios objetos de valor, entre ellos, obras de arte que fueron donadas a instituciones públicas.
El paso por Granada, en 1888, fue de singular importancia. Allí, y en contacto con los talleres de escultura, grabado, ebanistería, talla y restauración, quedó constancia de algunos de los objetos que adquirió Rocha. "En el taller de Ricardo Torres, especialista en 'Grandes trabajos de estilo Arabe y de Renacimiento', según reza el logotipo de los recibos emitidos el 22 y 23 de julio de 1889 por la compra de cueros, una papelera, figuras de marfil, seis taburetes, una mesa y doce sillas, efectuada por el señor Tomás González a nombre del fundador", aseguran la arquitecta Cristina E. Vitalote y el ingeniero en Construcciones Luis Pascual Traversa en su publicación titulada "Un Patio Nazarí en la ciudad de La Plata".
Además, y según consta en el informe de los investigadores del LEMIT-CIC, "también -se registra- , pero sin verificación aún del taller de procedencia, algunas piezas de colección como dos `mozaicos hispano árabes' y uno `mudéjar' y de los elementos necesarios para la reproducción de un patio nazarí en la casa de Don Diego Pantaleón Arana, padre de Doña Paula: `siete cajas con moldes de yeso´, según lo certifican la póliza de seguro emitida el día 31 de enero de 1888 por la sucursal española de ´L'Orient-Assurances, Sociedad Anónima de Seguros contra los Riesgos de Transporte`y la nota de embarque emitida en Barcelona por la ´Navegazione Generale Italiana, Societá Anonima Riunite, Florio e Rubattino`al día siguiente, 1º de febrero de 1889, ´per essere trasportate a Buenos Aires`en el vapor italiano Regina Margherita é consegnate al suo felice arrivo a Signor Dardo Rocha'".
El 4 de abril de 1889, Don Diego Pantaleón Arana retiró del puerto de Buenos Aires toda la mercadería y apenas cuatro meses después, el 6 de agosto de 1889, comienzan las tareas en la casona de 49 con el fin de realizar el "monumento granadino". Estos trabajos son encargados a Don Angel Pérez Muñoz (nativo de Andalucía), cuyo padre se desempeñada como cuidador de la Alhambra, y colaboraron con él, "un tal Francisco de origen italiano, Jorge Perchino, Juan Pianca, Manuel Federico y F. Lacoste".

ALGUNAS CURIOSIDADES

Según los recuerdos en vida del doctor Alberto Belisario Arana, hijo de don Diego Jacinto, y nieto de don Diego Pantaleón, la casona de 49, además del Patio Nazarí, tiene en su historia varias curiosidades. Entre ellas, un jardín exótico, varios visitantes ilustres y una empleada muy particular.
Tras la muerte de Diego Pantaleón, Diego Jacinto se mudó a la casa y, como buen amante de las plantas que era, decidió armar un pequeño patio jardín lateral a la edificación. Incorporó especies como la "estirlicia, la aquebia, el sindapsus pertusus, bananos, alpiña nuctam, caña de ámbar y de bambú. También había una magnolia, un jazmín del Paraguay y un espinillo".
En relación a las personalidades que por la casa han desfilado, y según los registros que don Belisario Arana dejó en vida, se pueden mencionar a Alejandro Korn, Manuel del Carril (Secretario del Senado), Pachano (Intendente de La Plata y amigo de su hermano), Luis Monteverde (Gobernador), el coronel Larcamón, el señor Gaspar (Cónsul de España) y Amílcar Mercader, entre otros.
Otro dato llamativo, tiene que ver con una empleada de la casa que logró convertirse en un gran referente de la "época dorada del tango", Mercedes Simone. Hija del cochero y de la ayudante de cocina, Matilde, Mercedes se desempeñaba en la casa de los Aranas como costurera. "Hacía sus tareas en la pieza del fondo, que la pieza de costura y planchado. Por aquella época, se puso de novia con un mozo, Pablo Rodríguez, que tocaba la guitarra y la entusiasmó para cantar".
Cancionista, letrista y compositora, conocida como la "Dama del Tango", nació el 21 de abril de 1904, en Villa Elisa, y falleció el 2 de octubre de 1990. "Para muchos, y según Julio Nudler, fue la voz más importante que dio el tango o, al menos, la más representativa y ecléctica. Lamentablemente, su discografía es relativamente escasa, al menos en relación a su trascendencia, agravado esto por la irregular calidad de su repertorio, en el que mezcló el tango, la milonga y el vals porteño con diversos géneros campestres o exóticos, vinculados a su proyección continental. Su apogeo se situó en las décadas del '30 y del '40. Principal destinataria de su arte era la amplia clase media urbana, a la que brindaba su estilo emocional pero refinadamente contenido. Concordantemente, rehuyó el repertorio lunfardo (argot de Buenos Aires) y cultivó un romanticismo ingenuo".

EL ARBOL GENEALOGICO

En 1796, Diego José Arana y Victoria Olivera contraen matrimonio y de esa unión nacen sus hijos, Diego Pantaleón, Juana de la Santísima Trinidad, Gumersindo y Juan Arana y Olivera.

Don Diego Pantaleón Arana y Olivera se casa con Doña Jacinta Merino y es el padre de Adela, María Victoria, Juana Paula y Diego Jacinto Arana.

Doña Juana de la Santísima Trinidad Arana y Olivera se casa con Don Juan José Rosendo Rocha y Durán y de este matrimonio nace Don Juan José Dardo Rocha y Arana.

Dardo Rocha se casa en primeras nupcias con su prima hermana, Doña Juana Paula Arana Merino, hija de Diego Pantaleón Arana Olivera.

Diego Jacinto Arana, hijo de Don Diego Pantaleón, se casó con Angela Ramari y juntos tuvieron 15 hijos, entre ellos, Alberto Belisario Arana.

Alberto Belisario Arana, quien falleció en 2007, se casó con Sara Maderna y juntos tuvieron a los herederos de esta casona: Diego Alejandro Arana y Maderna, Sara Matilde Arana y Maderna, Celina Amanda Arana y Maderna, Carlos Patricio Arana y Maderna, Alberto Belisario Arana y Maderna y María Carlota Arana y Maderna.